Kamala Harris o Donald Trump: elección en EU define rumbo político
Millones de estadounidenses votan en medio de una jornada marcada por decisiones que definirán el liderazgo y visión de la nación
Este 5 de noviembre, Estados Unidos vive una jornada crucial en la que los ciudadanos acuden a las urnas para decidir si Donald Trump regresa a la Casa Blanca o si Kamala Harris se convierte en la primera mujer en ocupar el Despacho Oval. Tras una campaña caracterizada por una intensa polarización, la elección presidencial de hoy reflejará las expectativas sobre el futuro político y social del país.
El proceso electoral, que inició con la apertura de urnas en todo el país, enfrenta a los votantes a dos opciones con enfoques distintos sobre economía y política exterior. El resultado marcará el rumbo de la nación para los próximos cuatro años, en medio de un contexto global desafiante y divisivo.
Para quienes observan desde el extranjero, una pregunta frecuente resurge: ¿por qué Estados Unidos mantiene su votación un día martes, en lugar de un fin de semana como en otras naciones? La respuesta se remonta a decisiones del siglo XIX, basadas en la religión y en la economía rural de la época.
La razón histórica detrás del "martes de elecciones"
Hasta 1845, cada estado estadounidense elegía su propia fecha de votación, lo que complicaba la recopilación y publicación de resultados. Para estandarizar el proceso, el Congreso de Estados Unidos estableció un día común, eligiendo el martes posterior al primer lunes de noviembre como la fecha oficial para las elecciones presidenciales.
La elección de ese martes obedeció a una combinación de factores. En una sociedad mayoritariamente rural y cristiana, los domingos estaban dedicados a actividades religiosas, lo que descartaba el uso de ese día para votar. Además, los miércoles eran reservados para los mercados semanales en muchas comunidades rurales. Así, el martes fue visto como el día idóneo: los votantes rurales podían viajar el lunes, emitir su voto el martes y regresar a casa sin perturbar la semana laboral.
¿Por qué en noviembre?
Noviembre, mes clave para las elecciones, también se eligió estratégicamente. En el siglo XIX, las cosechas habían concluido en la mayoría de las áreas rurales para entonces, permitiendo que los agricultores participaran sin comprometer su productividad. Los meses de primavera y verano no eran viables debido al trabajo intenso en el campo, mientras que diciembre traía nevadas que dificultaban el traslado.
Aunque Estados Unidos ha dejado atrás su dependencia agrícola, el calendario electoral sigue reflejando esta tradición de casi dos siglos. Diversos intentos para trasladar el día de votación a un fin de semana no han prosperado, y el "martes de elecciones" permanece como una reminiscencia de tiempos pasados en los que la vida cotidiana se ajustaba a la fe, el clima y las demandas del campo.
En esta jornada, miles de ciudadanos ejercen su derecho al voto, desafiando la polarización y considerando el impacto de su decisión. Sin importar el resultado, el proceso democrático que enfrenta hoy a Harris y Trump recuerda la complejidad y persistencia de las tradiciones electorales en Estados Unidos.
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