Van con otro Alonso Hidalgo

 

Comenzó como un rumor y se confirmó con el paso de los últimos días.

 

Hay una corriente creciente para hacer  candidato externo de una coalición política a Florentino, hermano mayor de la desaparecida gobernadora, Martha Erika Alonso Hidalgo.

 

Bajo la lógica de que la familia lleva mano por el duelo que la envuelve tras el inesperado deceso de la primera mujer que había conseguido llegar al más alto rango de la política, un grupo asumió que puede construir una candidatura en menos de medio año, si es que como se ha mencionado, la cita con las urnas en Puebla ocurrirá en junio próximo.

 

La primera fémina en ser titular de un gobierno estatal bajo las siglas del Partido Acción Nacional, solía decir que “el capital político no se hereda, ni se transfiere”.

 

El aserto de la mujer que perdió la vida con la caída del helicóptero en Santa María Coronango el 24 de diciembre pasado solía recordar el tiempo y esfuerzo que dedicó para tener luz propia, y un perfil ajeno a la sombra de Rafael Moreno Valle, el marido que también perdió la vida.

 

Nadie podía imaginar que las aseveraciones aquellas pesarían como lápidas en el naciente esfuerzo del hermano Alonso Hidalgo, para competir en un momento potencialmente complejo por el luto.

 

“Lo que he tenido en reconocimiento y lugar en las encuestas es porque me lo he ganado, a mi nadie me ha regalado nada; he recorrido el estado, he visitado los 217 municipios”, decía enfática en medio de una campaña política que la colocó como el blanco de la diatriba y odio sembrados por el consorte por su talante dictatorial con el que gobernó de 2011 a 2017.

 

El esfuerzo de la gente que rodea al hermano mayor de Martha Erika Alonso parece cuesta arriba. El tiempo es insuficiente para edificar una imagen pública  con quien se había mantenido en el anonimato de la esfera privada.

 

Apostar por el duelo como estrategia mercadológica es audaz. Conlleva riesgos como el rechazo social, sin embargo no es imposible y la historia lo demuestra.

 

En 2010 cuando en el municipio Soto la Marina, Tamaulipas resultó muerto a manos de la delincuencia organizada Rodolfo Torre Cantú, candidato a gobernador por la coalición PRI-Verde-Nueva Alianza, el hermano Egidio fue postulado como abanderado emergente y ganó con holgura.

 

Hay variables que hacen una diferencia abismal entre el caso de los Torre Cantú y los Alonso Hidalgo, pero el pasado ilustra.

 

El expediente poblano es aún más intrépido porque se deberá poner a salvo al hermano de una lectura oportunista en medio de la tragedia; y sobre todo, subrayar que tiene la calidad humana de quien pretende sustituir. Eso es está por verse.

 

 

Fernando Maldonado

Reportero, Autor de la columna parabólica. Periodismo en red.

Hay 3512 invitados y ningún miembro en línea