Argentina vive jornada de protesta masiva contra reformas de Milei

  • - Redacción

El sindicalista Pablo Moyano lanzó una fuerte advertencia al ministro de Economía, Luis Caputo, en respuesta a las medidas económicas de Milei

 

Argentina experimentó una intensa jornada de protestas este miércoles con una huelga general convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central sindical del país. La manifestación, que abarcó diversos sectores de la sociedad, fue una respuesta al conjunto de reformas lideradas por el presidente ultraliberal Javier Milei, quien asumió el cargo hace apenas 45 días.

La movilización contó con la participación de sindicatos de aceiteros, periodistas, trabajadores de la cultura, hospitales y ciencia, así como miembros de organizaciones barriales y de derechos humanos. Los manifestantes se congregaron en Buenos Aires portando carteles con consignas como "la patria no se vende", "No al apagón cultural" y "Ciencia o terraplanismo".

Durante el acto central frente al Congreso nacional, el sindicalista Pablo Moyano lanzó una fuerte advertencia al ministro de Economía, Luis Caputo, en respuesta a las medidas económicas de Milei. Moyano hizo alusión a un comentario previo de Milei sobre llevar en andas al ministro en caso de ciertas condiciones económicas, generando tensiones entre el gobierno y los sindicatos.

La protesta, que se replicó en varias capitales del país, fue convocada en rechazo a las reformas laborales impulsadas por Milei, las cuales limitan el derecho de huelga y afectan la financiación de los gremios. Estas reformas, enmarcadas en un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y una llamada "ley ómnibus", buscan transformar el sistema económico argentino con más de mil medidas que abarcan desde la desregulación de los alquileres hasta la privatización de servicios.

El gobierno de Milei sostiene que estas medidas son cruciales para contener la inflación anual récord de 211 por ciento. Sin embargo, han generado un marcado malestar en la sociedad, evidenciado por la contracción del consumo y la caída en la producción de pequeñas industrias.

La huelga general fue secundada por diversas centrales sindicales, partidos políticos y organizaciones sociales, marcando el primer desafío significativo para el gobierno de Milei desde su llegada al poder. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó a los organizadores de la protesta como "sindicalistas mafiosos, gerentes de la pobreza", desatando un intercambio de acusaciones entre el gobierno y la oposición.

La manifestación trascendió las fronteras argentinas, con actos de apoyo en Madrid, Londres, Berlín y París, entre otras ciudades. Incluso la estatal Aerolíneas Argentina, la mayor aerolínea del país, se unió a la huelga, cancelando todos sus vuelos.

El gobierno de Milei enfrenta, además, resistencia en el ámbito legislativo, donde la denominada "ley ómnibus" inició su trámite en la Cámara de Diputados. Aunque cuenta con un respaldo mayoritario, la disidencia parcial de algunos legisladores refleja las tensiones en torno a aspectos clave del proyecto.

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