AMLO y Biden dialogan sobre migración, mientras EU endurece políticas de asilo

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Joe Biden, centrada en la migración, tras la reciente orden ejecutiva de Biden que restringe el ingreso de migrantes a Estados Unidos.

López Obrador señaló que la relación entre ambos países ha avanzado significativamente en materia migratoria, manteniendo el respeto a las soberanías y promoviendo una política de buena vecindad y cuidado de la integración económica.

La medida de Biden no representa un cierre fronterizo total, algo que López Obrador calificó como imposible debido a la profunda interdependencia económica entre México y Estados Unidos.

"Imagínense qué pasaría con Nuevo Laredo, en Juárez, en Tijuana, con las empresas de la industria automotriz, de autopartes, con los trabajadores que van y vienen", expresó López Obrador, destacando la importancia de los cruces fronterizos para las economías de ambos países.

México busca un acuerdo para que las deportaciones de migrantes sean directas a sus países de origen, evitando el tránsito a través del territorio mexicano.

El presidente mexicano afirmó que en nuestro país se trata bien a los migrantes, pero considera innecesaria la triangulación. “Estamos buscando que lleguen a un acuerdo para que, si ellos toman la decisión de deportar, lo hagan directo”, declaró.

El presidente Biden firmó un plan que establece restricciones significativas para los migrantes que buscan asilo en la frontera con México, en un intento por despolitizar el tema migratorio de cara a las elecciones de noviembre.

La proclamación presidencial, detallada por la Casa Blanca, impedirá otorgar asilo cuando se determine que la frontera sur está sobrepasada. Esta medida, prevista para entrar en vigor de inmediato, se implementará cuando los encuentros diarios en la frontera alcancen los 2 mil 500, un número que actualmente supera los promedios diarios.

Las nuevas restricciones estarán vigentes hasta que el número de encuentros diarios entre los puertos de entrada sea igual o menor a mil 500 en un promedio de siete días. Los migrantes que no expresen temor de regresar a sus países de origen serán expulsados rápidamente, enfrentando penas que pueden incluir una prohibición de cinco años para volver a entrar a Estados Unidos y posibles cargos penales.

La administración Biden ya tiene un acuerdo con México, aceptando hasta 30 mil ciudadanos al mes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, a quienes se les haya negado la entrada a Estados Unidos. No obstante, el destino de ciudadanos de otros países afectados por la nueva directriz aún es incierto.

Además de la migración, López Obrador mencionó que en su conversación con Biden se abordaron temas de apoyo a Guatemala, Centroamérica, el Caribe y toda América Latina, enfocándose en las causas de la migración. También discutieron la construcción de tres nuevos puentes fronterizos para acelerar el intercambio comercial, ampliando el desarrollo económico en la región.

La Casa Blanca emitió un comunicado confirmando la proclamación que suspende la entrada de extranjeros que crucen ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos. La normativa, acompañada de una regla provisional de los Departamentos de Justicia y Seguridad Interior, restringe el asilo para estos extranjeros, y se activará cuando la frontera sur "se vea desbordada", permitiendo la rápida expulsión de quienes no tengan un fundamento legal para permanecer en el país.

Estas medidas no son permanentes y se suspenderán cuando el número de inmigrantes que crucen por los puertos de entrada sea suficientemente bajo para garantizar una gestión segura y eficaz de las operaciones fronterizas.

Biden defendió las nuevas medidas, destacando que no buscan demonizar a los migrantes, diferenciándose de las políticas implementadas durante la administración de Donald Trump.