Mario Marín bajo prisión domiciliaria tras salir del penal del Altiplano

La jueza que dictó la medida consideró que las acusaciones en su contra no justifican la prisión preventiva, lo que ha generado reacciones encontradas en diversos sectores

 

Mario Marín Torres, exgobernador de Puebla, salió del penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México, para continuar su proceso judicial en prisión domiciliaria en su residencia en Xilotzingo, Puebla.

"El Góber precioso", abandonó la cárcel en la madrugada del miércoles, siendo trasladado en una ambulancia de la Guardia Nacional hasta su domicilio en el fraccionamiento San Ángel, donde llegó alrededor de las 4:00 horas.

La decisión fue tomada por la Jueza Tercera de Distrito de Quintana Roo, Angélica del Carmen Ortuño Suárez, quien resolvió que las acusaciones en contra de Marín, relacionadas con la tortura de la periodista Lydia Cacho, no ameritan la prisión preventiva, dictaminando así su traslado a prisión domiciliaria.

Entre las medidas cautelares que deberá cumplir Marín Torres se encuentran el uso de un brazalete electrónico, la prohibición de salir del estado de Puebla o del país, y la obligación de mantenerse alejado de Lydia Cacho. Además, se le impuso una garantía económica de 100 mil pesos.

Esta resolución se da en medio de la incapacidad de la Fiscalía General de la República (FGR) para mantener al exgobernador en prisión, pese a la gravedad de los cargos en su contra. Durante la audiencia, las autoridades señalaron que Marín no posee propiedades en Quintana Roo y presentaron un informe relacionado con el riesgo procesal, lo que llevó a la jueza a modificar las medidas cautelares.

Marín fue detenido en febrero de 2021 en Acapulco, Guerrero, tras casi dos años de estar prófugo desde que se emitió una orden de captura en su contra en abril de 2019. Posteriormente, fue ingresado al Centro de Readaptación Social de Cancún, Quintana Roo, y en enero de 2023, trasladado al penal de máxima seguridad del Altiplano.

Las acusaciones en su contra derivan de la tortura que sufrió la periodista Lydia Cacho en 2005, tras haber expuesto en su libro "Los demonios del Edén" una red de pornografía infantil en la que involucraba a figuras poderosas, incluyendo al empresario Kamel Nacif.

El caso de Lydia Cacho es emblemático, ya que la periodista fue detenida en diciembre de 2005 por policías enviados por el gobierno de Puebla, y trasladada desde Cancún a Puebla en condiciones inhumanas.

Durante el trayecto, fue víctima de tortura, agresiones sexuales y amenazas de muerte, supuestamente bajo las órdenes directas de Mario Marín, quien buscaba que Cacho se retractara de sus acusaciones. El complot para silenciar a la periodista involucró a varios funcionarios y personajes influyentes, quienes conspiraron para detenerla y someterla a un proceso judicial injusto por difamación y calumnia.

A pesar de la gravedad de los hechos, Marín Torres continuará su proceso en prisión domiciliaria, lo que ha generado un intenso debate sobre la justicia y la impunidad en casos de abuso de poder y violaciones de derechos humanos en México.

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