Errática estrategia panista

 

La distancia que existe entre Puebla y Baja California es de 2 mil 160 kilómetros y si de auto se trata, el tiempo estimado del recorrido es de poco más de 1 día y horas. Los usos y costumbres de ambos pueblos son tan distintos como los de dos países inconexos. Tiempo y distancia.

 

Pero a su gobernador Carlos Mendoza Davis se le metió en la cabeza que era una buena idea salir en defensa del voto de los poblanos, cinco meses después de que se fue a las urnas a votar por un relevo en el mando de Casa Puebla.

 

En el contexto de la crisis desatada por la publicación inusitada del proyecto de sentencia del magistrado ponente de la Sala Superior del Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el panista bajacaliforniano escribió a través de su cuenta de tuiter una defensa insostenible.

 

“En un país de leyes la voluntad popular, expresada en las urnas, debe de acatarse...”, y por ahí se fueron otros gobernadores panistas para contener la idea de que lo que está por venir es la anulación de la elección electoral.

 

Francisco Cabeza de Vaca, por ejemplo, quien despacha a por lo menos 820 kilómetros u 11 horas de camino de Puebla, también se le ocurrió defender al ciudadano poblano con un llamado para que “prevalezca la voluntad ciudadana expresada en las urnas” el mes de julio pasado.

 

La estrategia de defensa del triunfo de Martha Erika Alonso Hidalgo, gobernadora electa ante la más palpable evidencia de anulación electoral ha sido un desastre, que devino en disparate al utilizar a personajes sin influencia, conexión o reconocidos por los poblanos.

 

No ha sido el único dislate de la cúpula panista en las últimas horas en defensa de una posición política fundamental en el escenario nacional, como es el estado de Puebla, de la mano de Martha Erika Alonso Hidalgo.

 

Tan errática y perdida la dirigencia panista que hasta entre los suyos hicieron correcciones públicas por decisiones equivocadas en el afán de convertirse en factor de decisión política.

 

El ex diputado Juan Pablo Piña escribió en su cuenta de Twitter: “oigan amigos de comunicación social de @AcciónNacional sean más responsables. Comparar a @lopezobrador_ con Hitler, responsable de la muerte de al menos 6 millones de judíos en el Holocausto no tiene fundamento. Yo no lo comparto. Aclaro que no soy seguidor de #AMLO”.

 

Se refería este operador del propio Marko Cortés, dirigente nacional panista a un video en el que a través de la cuenta oficial del PAN corrió un video en el que se menciona al fascista alemán, a Nicolás Maduro, presidente de Venezuela y su antecesor, Hugo Chávez; a José Stalin; y Kim Jon-un.

 

La ausencia de timming en ambas estrategias de posicionamiento, sin una sólida argumentación y apostando a la ignorancia o falta de memoria de sus nichos de audiencia no sólo ofrece pobres resultados, sino que terminan por ser rechazadas.

 

Pobre de sus aliados, Martha Erika Alonso Hidalgo y el propio Cortés.

 

¡No me ayuden compadres!

 

 

Fernando Maldonado

Reportero, Autor de la columna parabólica. Periodismo en red.

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