Pendientes de un binomio con rostro femenino

 

Seis sujetos armados caminaron ayer sobre un grupo de personas sometidas, rostro al piso en el mercado José María Morelos. Es la última estampa previa a la Navidad y en la última semana del 2018, un año marcado por el fenómeno de la inseguridad en una entidad en que parecía estar ajena a ese tipo de escenas.

 

Nadie les impidió la llegada y salida. Uno de los integrantes portaba una metralleta corta, mientras el resto traía pistolas de distinto calibre. Sin apremios llegaron y así se fueron. El miedo reinaba en todo momento.

 

Los detalles del robo cobran relevancia en momentos importantes para entender la nueva realidad en la vida cotidiana. La normalización de la actividad criminal no debería ser la norma.

 

La gran asignatura en 2018 fue la desmedida actividad de los grupos delincuenciales que han colocado a la zona metropolitana como uno de los centros de operación. El año que viene no hay mucha esperanza de que las cosas vayan a cambiar mucho.

 

El gran reto para más mujeres que gobiernan en Puebla es ese. Martha Erika Alonso, en el estado; y Claudia Rivera Vivanco, en la capital no podrán anteponer excusas para justificar el miedo que inunda el imaginario colectivo.

 

En el nuevo año deberemos observar mejoras en términos de prevención y combate a los grupos que se han dedicado a sembrar el miedo por los robos, asaltos y otros modelos delictivos.

 

Alonso Hidalgo carga con un estigma insoslayable. El saldo de los gobiernos anteriores fue deficitario en términos de disminución de la inseguridad, la guerra entre pandillas y el derramamiento de sangre.

 

Rivera Vivanco trae el discurso del cambio. El apoyo del gobierno federal deberá traducirse en resultados más tangibles, más allá de la retórica discursiva de campaña ‘abrazos, no balazos’.

 

Y ya es hora de poner en el escrutinio sin concesiones capacidades y competencias de los responsables de prevenir y combatir a las pandillas: Fernando Rosales en el ámbito estatal; María de Lourdes Rosales, en la capital. Para eso están, pero las dudas sobre sus atributos profesionales ahondan.

 

Ambos lo han demostrado en el corto plazo. La  incapacidad es palmaria. El lunes 17, apenas horas después de haber sido nombrado como titular de Seguridad Pública Estatal, el ex fiscal anti secuestros se daba el primer atraco a usuarios de la sucursal de Banorte en la Central de Abasto.

 

Ahora se sabe que unos diez sujetos arribaron al lugar a bordo de una camioneta Lincoln negra, todos con armas R-15, de las que usan policías investigadores y que el monto del hurto fue superior a los 3 millones de pesos.

 

Lo sucedido ayer en el mercado Morelos no es muy diferente. Seis sujetos armados que se mueven en la ciudad como si fueran invisibles. No hubo una sola patrulla que advirtiera sospecha alguna en el atraco de Banorte y del popular mercado en la zona oriente de la ciudad.

 

Subrayar la falta de talento en ambos mandos es obligado. Condenar la protección de superiores es pertinente. Ni Martha Erika Alonso ni Claudia Rivera son ya candidatas, es tiempo de que ofrezcan resultados, que para eso compitieron. Ya ganaron y deben entregar buenas cuentas.

 

En el sótano...

 

La columna Parabólica regresará el lunes 7 de enero, su autor desea a sus lectores un merecido y obligado asueto.

 

Que el periodo de reflexión sea valioso y que las fiestas de fin de año permitan una dosis mayor de optimismo.

 

Fernando Maldonado

Reportero, Autor de la columna parabólica. Periodismo en red.

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