Rica fruta mexicana, la tuna

La tuna es el fruto de la opuntia ficus-indica, género de cactácea, conocida como nopal tunero, y forma parte del paisaje mexicano, representa un importante símbolo de identidad, pues forma parte nuestro Escudo Nacional.

Esta planta se desarrolla en distintos climas y terrenos, incluso ha demostrado ser resistente a las sequías, aunque su mejor crecimiento se alcanza en las regiones donde las temperaturas varían entre los 12 y 34 grados Celsius. 

Una gran variedad de productos se derivan de este fruto: jugos, refrescos, aguas frescas, jarabe, pulque (curado), un licor llamado cópil, atole, queso, mermeladas, ate, nieve, salsas, condimentos, y colorantes.

Se puede disfrutar del fruto en fresco o en almíbar; y su consumo aporta diversos nutrientes minerales, por ejemplo, potasio, calcio, zinc, fósforo, hierro, selenio, cobre, y una buena aportación de vitamina C.

Además, de la tuna se aprovecha la cáscara como forraje,  investigadores del Instituto Politécnico Nacional del campus Zacatecas, desarrollaron una harina proveniente de la corteza de la tuna, que contiene fibra soluble e insoluble rica en vitaminas, minerales y antioxidantes.

El proceso consiste en deshidratar la cubierta de la tuna, para después someterla a un proceso de molienda y así obtener harina, que se emplea en  la elaboración de pan dulce, tipo mantecada y cereal en hojuelas, aunque los productos se procesan de manera convencional, el equipo de trabajo sustituye un porcentaje de harina de trigo por la de cáscara del fruto.

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