Consecuencias tras la pérdida prematura de un diente
Sea cual sea la causa de la pérdida de un diente, las consecuencias que esto pueda tener inicia como una serie de problemas en nuestra boca que, a lo largo del tiempo, se irán agravando en mayor o menor medida.
La primera consecuencia se produce al momento de masticar pues, al hacerlo, el impacto de los alimentos contra la encía puede dañar a esta o por lo menos generar molestias en la misma haciendo que tengamos que masticar del otro lado y dificultando así la alimentación.
Por otro, lado cuando una pieza está ausente, provoca un movimiento de los dientes de junto hacia el espacio vacío buscando un contacto con otro pero inclinándose y, del mismo modo, el diente contrario erupciona buscando el contacto correspondiente. Asimismo, los espacios entre los dientes tienden a hacerse más notorios facilitando con ello que los restos de los alimentos se queden atorados y debido a esto, se inicie un proceso de caries o inflamación de la encías por acumulación de sarro.
La más frecuente alteración, en estos casos, es el desgaste prematuro de varias piezas dentales debido a su nueva posición creando también un daño a nivel periodontal, es decir en el soporte de los dientes hueso, encía y ligamento, lo que genera dolor, movilidad y hasta la perdida de la pieza.
La manera de evitar cualquiera de estas complicaciones es reponer el diente faltante de acuerdo con las posibilidades económicas del paciente y las indicaciones de su odontólogo,evitando así, en la medida de lo posible, todos los problemas que se puede provocar.
Dra. Ana Laura Pérez Huitzil