Depresión posparto

 

Hablar de la depresión post parto es hablar de un tema que durante muchos años se consideró un tabú, y esto se debió principalmente al argumento típico, de la famosa "suegra", al hecho de que la nuera era una floja. Sin embargo, la realidad es que frecuentemente muchas mujeres experimentan, después del nacimiento de un hijo, ciertos sentimientos de tristeza, ánimo bajo, disminución de la energía, tendencia al llanto, entre otros.

 

Existen dos componentes principales que originan este padecimiento: el psicológico y el orgánico.

 

El componente psicológico afecta en su mayoría a las madres primerizas, en algunos casos por el estereotipo de "perder su figura", pero en otras ocasiones por la presión de criar a un nuevo ser tan frágil y su falta de experiencia, conjuntamente con estresores ambientales tales como los factores económicos, afectivos, etc.

 

Respecto a los componentes orgánicos, mucho se debe a los cambios y alteraciones físicas que las mujeres experimenta, pues es ella quien "dona" gran parte de su vitalidad para la formación del nuevo ser que se está formando en su vientre, es decir, la mayor parte de suplementos alimenticios y vitamínicos suministrados a la embarazada, son aprovechados por el bebé. Pero además, su cuerpo también sufre alteraciones pues el sueño se ve alterado; su útero pasa de pesar 70 o 100 gramos a 1 kilogramo; experimenta algún tipo de sangrado, ya sea por el parto o la cesárea, aunque posterior a ello, comience el proceso de auto reparación de la zona de gestación, llamado puerperio. 

 

De igual forma, la lactancia implica una pérdida más en el organismo de la mujer, pues el calcio, principal mineral responsable de la transmisión nerviosa, en lugar de ser aprovechado por el organismo recién modificado de la madre, se convierte en uno de los principales componentes de la leche materna.   

 

Todos estos factores generan que el Sistema Nervioso sufra un desgaste o agotamiento, reflejándose en una disminución del ánimo conocido como depresión. 

 

Con base en lo anterior, es importante que las mujeres embarazadas den continuidad a  los cuidados ginecológicos que su médico les indica y que, posterior al parto, si presentan algunos síntomas de depresión, acudan a su ginecólogo para evitar muchas complicaciones más, pues será el médico quien diagnostique si se requiere algún tipo de tratamiento ya sea por parte de un especialista en salud mental y/o por el mismo ginecólogo.

 

 

Dr. Miguel Ángel Martínez Medina

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